Sobre este blog.

No es un blog convencional porque los posteos son correlativos de una historia total, por lo tanto si no los leen desde el primero no podrán entender el contexto.
Al la derecha están los capítulos anteriores.
Mi Esclava es el capítulo 1
El nacimiento es el capitulo 2

miércoles, 29 de octubre de 2008

Capítulo 4: La prueba

Todas las noches revisaba mis archivos buscando una inspiración, un método de palanca para usar y no lo encontraba hasta que un día vi a una de las mujeres habitué del bar con su computadora chateando y lo entendí.
El itinerario de todos los Lunes miércoles y viernes era el mismo, llegaba al bar entre las 10 y las 10:30, prendía su computadora y se ponía a chatear, se notaba claramente esto por sus actitudes, sonrisas, y demás expresiones entre que escribía y leía. Era una mujer joven, de unos 30 años y se la notaba muy pendiente de su estética, delgada, el pelo rubio oscuro teñido hasta los hombros, con un lacio que no parecía natural, un bronceado no acorde a la primavera que se vivía y con implantes mamarios.
A las 13 hs aproximadamente llegaba su marido, un hombre de 50 años o algo más, semicalvo, de hombros pequeños y barriga prominente aunque era delgado, gruesos lentes y siempre vestía camisa y corbata, traía un niño de unos 13 años con él que extrañamente no se le parecía en nada pero si a la madre. Almorzaban allí, ella hablaba mucho con el niño y casi nada con él, a las 14 o 14:30 hs salían del lugar y se alejaban caminando.
Ella era el blanco elegido, no solo por la información que tenía sino porque realmente me daba deseos de poseerla.
Los datos importantes que sabía hasta ahora eran:
No besaba a su marido en los labios.
La diferencia de edad era muy grande
Las características estéticas muy discordantes
El se encargaba de buscar al hijo mientras ella chateaba en un bar.
Tenía que indagar más, era viernes 15 de septiembre del 2006, no la vería hasta el lunes.
Ese fin de semana terminé los ajustes en casa, probé las cámaras y el software de control, todo funcionaba perfectamente, comenzaban a grabar cuando había movimiento y se detenían 5 minutos luego de que nada se moviera en la habitación tal como estaba programado. Destapé una botella de vino, estaba muy entusiasmado con el entorno y tenía ganas de probarlo en la realidad, en funcionamiento aunque no con una víctima ya que eso iba a requerir de más tiempo.
Mientras tomaba el vino hice una selección de música y comí algo mientras terminaba de ordenar todo para que estuviera perfecto.
Me tiré un rato en el sofá a descansar antes de comenzar a elegir la ropa para la noche. Una camisa gris sport con un vaquero y zapatos, amplio espectro que le llamo, no sabía adonde iría, ni a quien conocería.
A las doce de la noche tomé uno de los celulares, me peiné y salí… tenía una lista de 4 lugares conocidos para ir pero no me decidía, llamé a uno de esos conocidos de la noche al que bajo ningún concepto llamaría amigo, en realidad a nadie llamaría así, pero que siempre se encargaba de las relaciones públicas de distintos lugares para que me indique donde podría ir.
-Hola ¿Gonzalo?
-¿Quién habla?
-Rafael…
-Hola!!!! ¿Como andás tanto tiempo?
-Bien… me pelié con mi novia… ¿adonde se puede ir esta noche?
-Llamaste a la persona justa jajaja venite para Blue Velvet que inauguro una barra nueva hoy, van a estar todos….
-Dale… ¿a que hora?
- Venite ahora que ya van a empezar a caer todos…. Tenemos una picadita y toca una banda.
- OK voy para allá.
Aceleré y me dirigí hacia el boliche. Cuando llegué lo volví a llamar para que me haga entrar y salió en seguida, me saludó como si fueramos grandes amigos, típico de los relaciones públicas, una actitud que detesté toda la vida pero que en estos momentos me era útil por lo que le respondí tan efusivamente como él.
Entramos y un grupo de personas rodeaba la barra hacia la que nos dirigíamos, seis mujeres y dos hombres, conocía aunque no íntimamente a una de las mujeres y a uno de los hombres, no recordaba muy bien de donde pero el se llamaba Javier y ella Luciana, pero ni siquiera estaba del todo seguro de eso, todos tenían tragos en las manos y se reían de todo, parecía ser que habían tomado bastante ya, lo cual me resultaba raro porque media hora atrás aún no habían llegado.
Cuando estabámos a un par de metros Javier me ve, extiende los brazos y dice:
-Rafael… cuanto tiempo!!!!!!!!....
Sonreí tratando de evitar que se note la falsedad, ni siquiera sabía bien de donde demonios lo conocía, pero no era momento de pensar en eso…. Tenía una labor por delante, lo abracé y saludé al resto del grupo, opté por correr el riesgo y cuando besé a Luciana en la oído le dije su nombre, ella me miró y dijo:
-No pensé que te acordabas de mi nombre…. Fue hace tanto….
-Hay cosas que no se olvidan fácil .Contesté y seguí saludando al resto.
Luego de eso ella iba a ser obviamente la elegida pero no quería encasillarme aún, no era la mejor opción del grupo, tenía las caderas anchas y el pelo corto cosa que no eran de mi agrado pero no quería fallar, tenía que probar mi casa esa noche, además tenía dos enormes ojos celestes y una cara muy agradable.
Gonzalo desde el otro lado de la barra hacía chistes idiotas que todos festejaban mientras pasaba tragos al grupo, no podía estar seguro de si todos eran unos imbéciles o solo le alimentaban el ego para recibir alcohol gratis.
Las charlas eran totalmente grupales y banales, yo evitaba tomar en demasía porque necesitaba mi lucidez por lo que intercambiaba tragos con otros y con vasos de la barra para que pareciera que tomaba como todos, al tiempo que me comportaba como los demás lo mejor que podía, hasta que llegó la banda y comenzó a tocar, eran las 1:30 hs.
Era complicado de soportar, charlas idiotas con idiotas que fingían ser amigos entre todos sumado a un grupo que hacía covers de un grupo melódico que nunca soporté con un cantante que no podía desafinar más de lo que lo hacía aunque tratara. Comenzaba a pensar si valía la pena, miré a Luciana y noté que ponía una graciosa cara de asco cuando miraba a la banda.
Me acerqué a su oido y le dije:
-Nunca pensé que me gustaría ser sordo…. Hasta hoy…
Se rió.
Le dije que me iba a la barra de adentro, la cual tenía música propia ya que estaba en otro sector del boliche, porque no soportaba más esta tortura, y me dijo:
-Pero la bebida gratis está acá.
Ese era su punto débil…. Tomar… demasiado fácil pero aceptable.
-Allá también le dije, la tomé de la mano y comencé a caminar hacia adentro, lo importante era, por un lado separarla del grupo y por otro darle de tomar.
A mitad de camino la pasé adelante mío para poder ver que nivel de alcohol tenía ya en el organismo, caminaba apenas tambaleando pero medía mucho sus pasos, tomaba mi mano fuerte para buscar equilibrio y la otra mano estaba semilevantada como en alerta para sujetarse de alguien si trastabillaba, faltaba poco…..
Llegamos a la barra y le pregunté que quería tomar, me pidió un Daikiri de durazno, un trago demasiado dulce para mi gusto pero que podía prepararse bastante fuerte sin que se le note y por otro lado yo no pensaba tomar más que un par de sorbos, pedí dos. Le pasé algo más de dinero al barman para que lo preparé más fuerte y volví con ella. Le dí un vaso y me quedé con el otro.
Le saqué el típico tema de conversación de dos personas que hace mucho que no se ven, es decir, que había sido de su vida en este tiempo, no importaba que había sido antes, lo cual tampoco sabía, el tema era que hable un rato y sobre todo que tome.
Comenzó a contarme sus desavenencias laborales, sentimentales y físicas como si yo fuera su psiquiatra, sin relación de continuidad, ni criterio, lo que pasaba por su intoxicada cabeza lo soltaba como si yo fuera a entender de que se trataba, o peor aún, como si pudiera llegar a importarme. De a ratos le agregaba de mi vaso al suyo para que el mismo no se vaciara. Pude rescatar en esos relatos incongruentes que tenía 27 años, trabajaba de secretaria de un abogado y vivía con dos amigas que estudiaban abogacía con ella, que los hombres no le duraban y que aunque estaba cercana a recibirse no estaba segura de que su carrera le gustara.
Mientras hablaba y a raíz de un pequeño empujón de un muchacho que pasaba por ahí comenzó a tambalearse y la abracé para que no se cayera, sentí sus pechos apoyados contra mi vientre y me excité, la mantuve así hasta que recuperó el equilibrio y me miró riéndose, la miré y la besé. Fue bello, fue dulce aunque un poco torpe de su parte, y su aliento despedía alcohol, por lo demás estaba bien.
Nos besamos un rato allí mismo contra la barra y quizás por cerrar los ojos o quizás por tener la cabeza hacia arriba, comenzó a marearse de más y me pidió que nos fuéramos afuera, que necesitaba aire. Accedí y salimos.
Su intoxicación era completa en ese momento, no podía caminar si no la sostenía ni podía hablar con claridad.
Estaba lista, no hacía falta seguir perdiendo el tiempo, eran ya las 2 am. La tomé por detrás y le dije:
-Estás destruida, vamos afuera a caminar un rato.
Se dio vuelta, me abrazó y me besó, y dijo,-Dale.
Salimos del lugar, y noté el embotamiento en los oídos cuando me alejaba de la música, salimos caminando por la costanera abrazados, ella posaba su cabeza en mi pecho y parecía que tuviera los ojos cerrados por la torpeza de sus pasos, pero podía ser el nivel de alcohol que traía. Como si fuera casual dirigí la caminata hacía donde estaba mi coche, a 200mt del lugar. Ella no hablaba y yo tampoco quise hacerlo, no tenía sentido, ella no podía hilvanar un pensamiento lógico a ésta altura.
Al llegar al auto desactivé la alarma y ella levantó su cabeza, me miró y dijo:
-¿A donde pensás llevarme?.
-A donde vos me digas. Contesté.
-Pero en mi casa están las chicas estudiando.
-En la mía no. Le contesté mientras abría la puerta del auto, ella se sentó sin decir una palabra.

viernes, 10 de octubre de 2008

La iniciación (04) final del capitulo 3

Me serví un whiskie y me senté con la computadora en el sillón, revisando los planos de la reforma de la casa, mientras pensaba que ella había despertado mis primeros impulsos y ahora ella me seguía marcando el camino. Por un momento se me ocurrió pensar que quizás yo fuera un producto de ella y no uno mío, pero de nada servía pensar en eso.
Había cosas más importantes en que pensar.
Los planes de la casa venían de mil maravillas, el cableado de las cámaras ocultas se había disimulado con la excusa de un futuro sistema de alarmas, la habitación de control quedaba detrás de un Placard de forma que su ingreso fuera secreto y la decoración hacía que casi no pueda notarse la existencia de ese espacio en la casa, el arquitecto no sabía de ese mueble y el carpintero no conocía la casa, era un secreto que solo yo sabría, el resto de la casa era impactante, el estilo moderno usado era casi futurista, la decoración basada en cristales y acero inoxidable y los grandes espacios integrados hacían que aunque no estuviera terminada del todo impactara a su solo ingreso.
El dormitorio, estaba terminado con sus paredes revestidas en tela gris oscura, un sistema bastante usado en Europa pero no tan frecuente acá, el tema importante por lo que lo elegí es que los paneles de tela son fáciles de desmontar para su lavado y dejan un espacio de 10 cm entre ellos y la pared, lo cual me permitió al terminar la obra retirarlos y revestir ese espacio con un material acústico usado usualmente en las cabinas de radio. Con la excusa de que eran para una radio fue que pude comprar los triples cristales acústicos para la ventana que daba a un patio interno.
Cuando todo estaba terminado me mudé allí y me dediqué a instalar los sistemas de vigilancia y a probar la acústica del dormitorio, prendí el equipo de música a todo volumen y cerré la puerta, salí al comedor y casi no podía escucharse nada, lo mismo que desde el patio, no había forma de que los gritos de nadie pudieran ser oídos, la sola idea de que una mujer gritara desaforadamente mientras la violaba y no tener que preocuparme por eso me excitaba.
En las esquinas del somier fijé cuatro trozos de cadena de 50 cm y en la punta le fije una esposa a cada uno que compre en un sex shop, Estaban revestidas en un producto acolchado para no dejar marcas, compré además otros dos juegos que guardé en la mesita de luz y tramos de soga.
En la casa había ocultos un total de 12 cámaras digitales pequeñas y ocultas que se conectaban a una PC en el cuarto de control. Y la puerta del dormitorio solo podía abrirse desde adentro con un código de 4 dígitos en un tablero si se oprimía un botón al ingresar, tanto para el arquitecto como para el electricista era para poder usar la habitación como resguardo ante el ingreso de ladrones. Además coloqué dentro de la habitación una caja de seguridad mediana. Se que se reían a mis espaldas de mi supuesta paranoia pero claro que eso no era algo que me preocupe, tenía en realidad mis motivos.
Compré además 5 teléfonos celulares con sistema prepago dando nombres y documentos falsos que bajé de registros de internet, no era necesario que los nombres coordinaran con los documentos en realidad pero no quise correr el riesgo.
El ingreso a la casa con portón automático ciego me daba la privacía total antes de bajarme del auto y ninguna parte del interior de la casa se podía ver desde la calle.
Había gastado una fortuna pero todo estaba listo para la nueva etapa, la elección de la víctima. Y en mi archivo ya había una candidata…..

jueves, 2 de octubre de 2008

La iniciación (03)

Me retiré hacia atrás y mi mente daba vueltas a mil kilómetros por hora, las preguntas golpeaban en mi cabeza.
¿Alguien sabrá que vino acá?
¿Cómo deshacerme del cuerpo?
¿Cómo pudo pasar esto justo ahora si nunca pasó antes?
Pero lo que más me molestaba era que había matado a alguien y no había apreciado el momento, ni lo había notado.
Mientras pensaba estas cosas veía su cuerpo semi desnudo sobre la mesa y me dije, lo hecho, hecho está, y sentí deseos de terminar lo empezado, deseos irrefrenables de terminar de adueñarme de ella, de que sea mi esclava muerta tanto como lo fue en vida.
Volví sobre su cuerpo y la penetre de nuevo, me movía solo con la fuerza exacta para producirme más placer ya que nada que hiciera podía afectarla a ella.
Cuando tuve mi orgasmo fue terrible, largo y fuerte, ayaculé dentro de ella aunque sabía que tendría que hacerme cargo de eso de alguna manera porque la penetración era post mortem y ese ADN podría incriminarme cuando encontraran el cadáver, además por haber sido su pareja más reciente sería uno de los primeros sospechosos, tenía que actuar con cuidado, pero sería después, ahora solo quería gozar.
Cuando había terminado, la saqué y en ese momento su mano se movió, como un impulso, y luego otro, hasta que se acercó a su cara tapandola y empezó a llorar, lloraba despacio, sin gritos, estaba viva.
Lo que le había sucedido, investigué después, fue un desmayo por llegar al tope del dolor, es una respuesta normal del cerebro apagarse cuando el impulso es demasiado fuerte para tolerarlo, nada más que eso. Por un lado me sentí defraudado y sentí ganas de terminarlo, pero por el otro el alivio de saber que nada había pasado y que no tenía que preocuparme de que hacer con el cuerpo ni de ningún tipo de investigación policial.
Se tiró al piso y se tomaba la cabeza, preguntaba que pasaba, que le había hecho, no contesté, saqué el dinero de mi bolsillo y se lo tiré, le dije que se apure a vestirse, que no tenía toda la noche y que si iba a desmayarse por cualquier cosa que no se le ocurriera volver a llamarme, fue lo único hiriente que se me ocurrió en ese momento, la idea de su muerte todavía rondaba en mi cabeza.
Se fue sin decir una palabra.
Pero esa experiencia me marcó, me mostró un reflejo de lo que ahora pensaba podía ser el próximo paso.