Sobre este blog.

No es un blog convencional porque los posteos son correlativos de una historia total, por lo tanto si no los leen desde el primero no podrán entender el contexto.
Al la derecha están los capítulos anteriores.
Mi Esclava es el capítulo 1
El nacimiento es el capitulo 2

martes, 30 de septiembre de 2008

La iniciación (02)

Volví a mi casa, tomé mi computadora y me fui a caminar por el centro de la ciudad, elegí un bar al azar y me senté en una mesa del rincón. Pido un desayuno, prendo la computadora, se abre el buscador y…. ¿Qué buscar?. Escribí psicópata, página de wikipedia y la definición.
Los psicópatas no pueden empatizar ni sentir culpa, por eso interactúan con las demás personas como si fuesen cualquier otro objeto, las utilizan para conseguir sus objetivos. No necesariamente tienen que causar algún mal, pero si hacen algo en beneficio de alguien o de alguna causa aparentemente altruista es sólo por egoísmo, para su beneficio.
Muchos autores suponen que la razón por la cual una persona psicópata es una persona perversa es porque se trata de sujetos cuya personalidad depende en gran medida de mantener el principio de realidad, pero careciendo de superyo. Esto hace que la persona psicópata pueda cometer acciones criminales u otros actos cuestionables con total falta de escrúpulos, sin sentir culpa.
Una personalidad psicopática no se restringe al asesino en serie, tal y como sugiere el estereotipo más extendido en nuestra sociedad acerca del psicópata. Un psicópata puede ser una persona simpática y de expresiones sensatas que, sin embargo, no duda en cometer un crimen cuando le conviene y, como se ha explicado, lo hace sin sentir culpa por ello. La mayor parte de los psicópatas no cometen crímenes, pero no dudan en mentir, manipular, engañar y hacer daño para conseguir sus objetivos, sin sentir por ello remordimiento alguno.

Me resulta y familiar, y sobre todo nada agresiva, sencillamente me parecen características, no un trastorno, cuestión de opiniones.
El tema es ¿que hacía yo en ese bar?. Esperaba, esperaba una oportunidad, una conversación en la mesa contigua, ver algo que llamara mi atención. Algo.
Las horas pasaban, navegaba acumulando información que por primera vez consideraba importante, todo podía servir.
El anochecer me encontró en ese bar leyendo, y escribiendo, durante ese día además detecté que entre las 10 hs y las 14 hs era el mayor movimiento de clientes habituales, esos que saludan al mozo y este les pregunta a su vez cosas.
Saqué fotos con mi celular simulando mandar mensajes de texto de los que más llamaron mi atención, abrí una carpeta que se llamaba “CLIENTES” y baje las fotos, además agregué pequeñas descripciones de lo que pude escuchar, en algunos casos me paraba e iba al baño para tratar de captar algo más. Pero sabía que iba a ser un trabajo arduo. Me di cuenta que la gente con itinerarios fijos iba a ser la más fácil de atacar, lo cual implicaba que yo también los tuviera. Un gimnasio también era un lugar útil a tales efectos, además un mejor estado físico y estético también era una herramienta útil, la ropa, el pelo, etc.
Esa noche mientras revisaba los archivos, me di cuenta de que no quería querría atacar a la clase baja, la clase alta me parecía más complicada por lo tanto más atractiva, casi todos los archivos del bar servían.
Al otro día me levanté y mientras desayunaba me di cuenta que la decoración de mi departamento no era llamativa, era una casa común, simple, para nada acorde a un personaje de peso como el que necesitaba, además de que no proveía la suficiente intimidad para lo que podía llegar a hacer. La casa de mis padres estaba deshabitada pero en mal estado, había que reciclarla.
Fui a comprar ropa, nunca en mi vida había gastado tanto dinero junto en eso pero esta vez era necesario, a las 10hs en punto llegué al bar, almorcé allí y me quedé hasta las 14hs, luego pasé por casa a dejar las compras y me dirigí al gimnasio más caro y reconocido de la ciudad, me inscribí y comencé la rutina de ejercicios. Los auriculares del IPod siempre puestos pero éste apagado, es más fácil captar conversaciones cuando la gente cree que no los escuchas.
Mi costumbre y mi atracción era por las mujeres, nunca había tenido un blanco masculino y no me llamaban la atención por lo que acomodé mi rutina de ejercicios en la zona donde más se agrupan las mujeres, es decir donde están los aparatos y no donde están las pesas, no saqué fotos allí, podrían darse cuenta y además era fácil recordar las caras y las actitudes.
Cuando terminé, tomé un sauna, luego cama solar y una ducha.
Llegué a casa cayendo la noche, me parecía un itinerario digno de mantener al menos por un tiempo. Comencé los bosquejos de la redecoración, de la casa de mis padres debía ser impactante y sofisticada, mirando páginas de decoración copié un par de ideas y armé un preproyecto, por la mañana llamaría a un arquitecto conocido para presentarle la idea.
La idea era aprovechar una habitación contigua al dormitorio principal como centro de operaciones y planes, se me ocurrió la idea de colocar cámaras ocultas en la casa aprovechando la reforma, tenía que ver como esconder eso del arquitecto.
Durante un mes ese fue ese fue mi itinerario, por la mañana compraba los muebles, accesorios decorativos y electrodomésticos para la redecoración, luego bar, gimnasio, ropa, libros y a dormir, los libros eran un elemento decorativo más pero leía un poco antes de dormir como para tener información al respecto por si tenía que hablar de eso.
Noté que no había en mi recorrido lugar para el sexo ya que ni siquiera salía los fines de semana, debía ocuparme de ese tema tarde o temprano.
Esa noche sonó mi celular, al mirar era el número era el de mi ex, la esclava.
No puedo decir que me entusiasmó la idea pero atendí, me habló llorando, me dijo que tenía un problema grave, que necesitaba dinero. Le pregunté de cuanto hablábamos y me dio una cifra irrisoria, mis camisas valían eso pero para ella representaba más, trató de explicarme para que la necesitaba pero la interrumpí, Vení a buscarla le dije. La excitación no era porque fuera ella ni por lo que podía llegar a hacerle pero el tiempo pasado sin sexo se estaba notando y opté por aprovechar la oportunidad.
Media hora después sonaba el timbre, Le abrí la puerta y entró.
-Perdoname que te moleste pero…. Le apoyé un dedo en la boca para que se calle. Y le dije.
-No me importa para que la querés ni porque me la pedís a mi, lo único que necesito saber es que tanto la necesitas, es decir, ¿que estás dispuesta a hacer por ella?.
Me miró con esos ojos que me recordaron las primeras épocas de las vejaciones y dijo mirando al piso y muy bajo.
-Lo que sea.
-Entonces empezá por arrodillarte.
Lo hizo y fue muy parecido a esa vez pasada.
No tardé demasiado pero la acumulación a través del tiempo creo que hizo que mi eyaculación fuera demasiado voluminosa o espesa, no lo se en realidad pero cuando comenzó el orgasmo trató frenéticamente de sacar la cabeza de allí, pero la tomé de los pelos y la metí aún más adentro. Tenía arcadas mientras aún estaba mi pene en su boca pero no la solté, el semen corría desde su boca al piso, al sillón y por mis piernas. Finalmente cuando dejó de tratar de salir le solté la cabeza y le dije que continuara. Lo hizo.
Luego de unos cinco minutos que me llevó recuperar la sensibilidad normal, le pedí que se parara y que hiciera lo que ya sabía.
Ella se bajó los pantalones hasta las rodillas y se agachó sobre la mesa, me quité la remera, la enrosqué y se la acerqué a la boca.
-Si gritás no cobras. Le dije y ella lo mordió y cerro los ojos.
Puse una mano en su nuca para que no se levantara por reflejo y la penetré de un golpe, aún más fuerte que las veces anteriores, no gritó, un temblor nada más y ningún ruido ni intento de levantarse, muy extraño pensé. La saqué por completo volví a metersela… nada, ni un movimiento. No entendía que sucedía, miré sus manos mientras seguía penetrándola, reposaban sobre la mesa distendidas, como quien duerme, su cara estaba relajada también y no mordía la remera, estaba sobre la mesa. En ese momento recordé un artículo que había leído tiempo atrás sobre relaciones anales y que había registrados casos de muerte por paro cardíaco debido al dolor y me pareció la opción más obvia.
Estaba muerta…

martes, 23 de septiembre de 2008

Capítulo 3 .La iniciación.(01)

Mi vida de ahora en más sería dedicarme a buscar esas experiencias de las que me sentía tan orgulloso y que tanto placer me generaron, hasta ahora habían caído en mi regazo y solo había aprovechado la oportunidad, quizás había planeado algunos detalles pero nada demasiado elaborado, ahora las cosas serían distintas, ahora planearía absolutamente todo.
Lo primero que debía eliminar era mi trabajo ya que perder ese tiempo todos los días atentaría en contra del desarrollo y logro de los planes, no tenía sentido mantenerlo ya que la herencia de mi padre era suficiente para vivir de ella si la administraba correctamente, pero de todas formas iba a obtener un beneficio por la antigüedad, no era necesario renunciar y perder todo si podía lograr un despido con una indemnización que engordaría mis arcas.
Otra cosa que tenía que hacer era buscar un nuevo blanco, ya que lo que me parecía mejor era primero buscar el blanco y luego ver que podía obtener de él.
Durante el resto del fin de semana me dediqué a organizarme, me pareció llamativo llevar una bitácora de mis actividades y por eso pasé en la computadora todo el texto completo que es lo que ustedes están leyendo ahora.
El lunes fui al trabajo muy desalineado, era parte del plan, para que la indemnización fuera total debía evitar las suspensiones y los apercibimientos y la mejor manera de salir rápido de esa empresa era tener un entredicho con el Gerente del departamento ya que disfrutaba del abuso de poder y de despedir gente con el dinero de la empresa, lamentablemente yo tenía una excelente relación con él lo cual dificultaría un poco el plan.
Mi puesto era “Encargado de control de calidad”, y el jefe de despacho era un muchacho de mi edad muy falso y que había llegado al cargo a costa de ser los oídos del gerente por lo que se había ganado la empatía de sus compañeros, era mi canal de entrada.
Me serví una taza de café y fui directo a su oficina, entré sin golpear y le dije:
-Hoy salen todos los pedidos como están, no tengo ganas de controlarlos.
Antes que diga nada salí de su oficina y cerré la puerta. Sabía perfectamente que iba a hacer, me senté en mi oficina con los pies sobre el escritorio, antes de poder abrir el diario lo ví pasar rumbo a la oficina del gerente.
No más de quince minutos pasaron hasta que el gerente entró en mi oficina, me miró, y dijo:
-¿Estás cómodo Rafael?.
-Mucho. conteste.
-¿Podés bajar las piernas del escritorio y soltar el diario mientras hablamos?
Puse cara de fastidio y me incorporé en la silla, estaba irritado, lo noté porque su cuello y mejillas se ponían muy rojas cuando eso pasaba.
-Esperame un segundo, me voy a servir un café. Le dije y me paré, el se paró detrás de mí y me siguió, era justamente lo que buscaba, necesitaba que más personas fueran testigos de la discusión para que no le quedara más opción que despedirme.
-¿Se puede saber que bicho te picó? Dijo casi gritando en el pasillo.
-Nada, contesté muy tranquilo, sencillamente no tengo ganas de deslomarme como todos los días, nada más.
-Esa es tu obligación.
-Bueno, entonces cambiemos de trabajo, usted controle cada puta cajita que hay en el depósito y yo me hago chupar la pija por su secretaria.
Todos en la empresa sabíamos que Mario y su asistente eran amantes desde hacía años.
Dio un paso adelante, sé que quería golpearme lo cual hubiera sido fantástico, pero se controló y me dijo apretando los dientes:
-Andá a tu casa y esperá el telegrama allá.
Le guiñé un ojo me dí vuelta y me fui, mientras caminaba escuchaba a toda la oficina murmurando y cuando pasaba cerca de algún escritorio me felicitaban en voz baja, ya no podía esconder mi sonrisa.
Sabía como funcionaba el circuito, en dos días me llegaría el telegrama de despido, dos días después un llamado telefónico de los abogados para acordar una reunión, me ofrecerían una indemnización de 100% o una del 70% con una carta de recomendación alegando despido por recesión laboral, les diría que se metan la carta en el culo y cobraría mi cheque por 10 años de antigüedad.
Las cosas salían bien, quise un despido pago y solo me llevó media hora, ¿Cómo seguir?.

jueves, 11 de septiembre de 2008

El nacimiento.(9)

Tuvimos sexo ahí mismo, salvajemente y en todas las posiciones posibles, una actitud muy dominante la de ella y yo me dejé dominar. Luego salimos, llamó a sus amigas y les dijo que no iba a poder salir, que luego les explicaba y nos pusimos a tomar y charlar sobre pavadas, comimos poco, bebimos mucho, nos emborrachamos los dos y fuimos a la cama, tuvimos sexo de nuevo y nos dormimos. Por la mañana me levanté cuando ella aún dormía y me fui a la cocina. Roxana vivía en un departamento de pasillo bastante pequeño que tenía un diminuto jardín al lado de la cocina, ella lo mantenía rebosante de plantas, preparé unos mates y me fui allí. Tenía que pensar muy bien como seguir, Jorgelina, la que faltaba no iba a ser fácil, era muy estricta y estructurada y ni siquiera sabía como lograrlo. También sabía que no contaba con demasiado tiempo, porque aunque dudaba de Roxana hablara, sabía que Fernanda tarde o temprano lo haría.
Roxana se levantó y se sentó enfrente mío, estaba seria.
-Buen día. Le dije con una sonrisa.
-Buen día. Contesto y siguió…
-Mira, sobre lo de anoche, tenés que entender que fue algo que pasó y punto, no significa nada. Me dijo.
-Ya lo sé, salió y ya está, no va más allá de eso. Dije.
-Bueno, ¿Me quedo tranquila entoces?
Era claro que ella estaba solicitando mi silencio y asentí con la cabeza. Terminé los mates y me fui, nos saludamos con un beso en la mejilla.
Llegué a mi casa y me puse a pensar como continuar. Jorgelina no tenía puntos débiles que yo conociera, no tenía sexo casual y nunca había salido con alguien que no viera muchas veces antes. No tenía acceso a ella, se me ocurrió también volver con Mariela para ver que sucedía en las reuniones de los sábados, ver las caras de las otras dos mientras yo estaba con ella pero no logró entusiasmarme. Y la idea de intentar con Jorgelina y perder no me agradaba, tres de cuatro era suficiente y dejé la idea allí, un buen planificador sabe donde parar me dije.
No pude evitar notar que la que tenía los valores morales más fuerte fue la que estuvo fuera de mi alcance, y eso en cierto punto me inspiró respeto hacia ella.
También se me ocurrió llamarla a Mariela y decirle que había estado con Jorgelina y con Roxana, pero más allá de la diversión iba a darles a entender que lo había hecho a propósito y.. quien sabe, podía llegar a necesitarlas en el futuro, por lo que decidí cerrar el tema ahí, la llamé a Jorgelina y le dije que me sentía muy mal por lo que había pasado, que no era correcto, ella me dijo lo mismo que se sentía terriblemente mal por traicionar así a su amiga y que por favor lo dejaramos ahí y no dijera nada.
-Quedate tranquila. Dije.
Tema cerrado y a moverme a campos más verdes.



Fueron muchas las historias de ese estilo que generé y viví, a veces con varias mujeres o a veces con una sola.
Note que no sentía remordimiento por nada de lo hecho pero a su vez había dejado pasar oportunidades por parecerme demasiado crueles, aún para mi. Y creo que ese era mi error.
Los años pasaron bajo el mismo tipo de comportamiento. Cuando tenía 25 años mi padre murió en un accidente de tránsito, y yo comencé a administrar los capitales familiares para asegurar la subsistencia de mi madre que había caído en una depresión profunda. Varias propiedades, una cuenta bancaria y un seguro de vida importante eran los activos, pero yo nunca toqué un peso de ese dinero, vivía bien de mi propio trabajo. Solo me encargaba de las inversiones para asegurar la subsistencia de mi madre y pagar la cuota del lugar en donde estaba internada, en él último año solo la ví una vez por mes cuando iba a pagar la cuota.
Volví al papel en el que estaba escribiendo y releí de nuevo las preguntas.
Y anoté al lado:
*¿Cómo llegué a esto? Por mi
* ¿Cómo manejo el presente? planificadamente
*¿Qué deseo para el futuro? MAS… MUCHO MAS.

Ese fué el día que nací, ese fue realmente el primer día de mi vida, el día que empecé mis planes sin ningún remordimiento…

miércoles, 10 de septiembre de 2008

El nacimiento.(8)

Dormí ahí y por la mañana me despertó con el desayuno y con solo una remera encima, todo estaba claro, no había arrepentimientos por lo sucedido lo cual era bueno, pero tenía que apurar el plan porque ahora todo empezaría a desmoronarse como una casa de cartas.
Pasé el día con ella para evitar que hable con sus amigas y para tomarme el tiempo para pensar como seguir ya que tenía claro que la primera de las tres iba a caer de esta forma pero aún faltaban dos.
Roxana sería el próximo blanco, era la sexualmente más libre del grupo, la única que reconocía tener sexo casual y acostarse con idiotas solo porque la cojían bien o porque la tenían grande y una vez me dijo:
-Mas vale que ésta te cuide de cerca porque si te agarro yo no vas a querer dos.
Todos nos reímos en ese momento tomandolo como un chiste pero yo sabía que algo de verdad había bajo esa frase.
Llegó la noche e inventé tener el cumpleaños de un amigo y que debía ir, le dije a Fernanda que la llamaba al día siguiente y me fui. Colectivo a mi casa, un baño, cambio de ropa y un colectivo de nuevo pero a la casa de Roxana, solo esperaba que estuviera porque no la llamé antes, tenía que ser así.
A dos cuadras de la casa que compré una lata de cerveza, la abrí y tomé un par de sorbos. Toqué timbre y ella me atendió en bata y con una toalla en la cabeza, era viernes y ese día religiosamente ella salía con otro grupo de amigas que eran más trasnochadoras y alocadas que Fernanda y Mariela.
-¿Que hacés acá? dijo sonriendo
Le hable fingiendo una borrachera importante y le conté rápido que venía de pasar la tarde con mis amigos y que habíamos comido un asado que había tomado mucho y que todos se habían ido a lo de sus novias que me habían dejado solo y que quería seguir la joda, que me acompañe. Se rió y dijo:
-Pasá que estás más para una ducha que para un joda chiquitin.
Pasé.
Tambalee un poco hacia la mesa y seguí tomando cerveza, le dije que me acompañe y ella se sirvió un poco en un vaso.
Me dijo que me veía hecho bolsa, que me vaya a pegar una ducha y obedecí.
Mientras me bañaba pensaba que esto iba demasiado fácil, que si al salir ella estaba aún en bata el tema ya estaba resuelto, si estaba vestida tendría que ver como remontar eso.
Me tomé mi tiempo y le grité que no había toalla, suponía que estarían en el armario pero no era la idea encontrarlas, ella entró al baño, yo estaba detrás de la cortina que transparentaba un poco, abrió el armario y cuando ví que ya la tenía en la mano corrí la cortina de un golpe, ella se rió, miró y luego se tapó la cara con el vaso de cerveza, con la otra mano me apoyó la toalla en el estómago, seguí con la bata puesta. Ignoré la toalla y le saqué el vaso de la mano, ella seguía riendose y yo la imitaba, antes de tomar le dije secame, comenzó a secarme los hombros mirando para otro lado y dijo.
-Sos un zarpado nene.
No contesté pero debía haberle dicho que no parecía molestarle hasta ese momento. Me secó muy por arriba y me ató la toalla en la cintura, seguía corriendo el agua en la ducha. Tomé de un sorbo lo que quedaba del vaso la tomé por la cintura levantandola del piso y la metí bajo el agua, gritaba que no mientras se reía a carcajadas, entré yo también bajo el agua y me quité la toalla, alcanzó a decir.
-Esto está re mal. Y la besé.

martes, 9 de septiembre de 2008

El nacimiento.(7)

No podría vivir la vida de otra manera, era lo que era no solo por las cosas que me habían pasado sino por las cosas que yo generaba, ya no importaba si yo era el producto de las situaciones o si las situaciones eran producto mío, esto era yo. Adoré toda la vida generar un plan y concretarlo, y esos planes significaban conflictos y peleas, dolores y angustias, en eso radicaba mi placer. Disfruté el pánico de esa mujer al llegar su marido más que un orgasmo, de hecho sacrifiqué mi orgasmo por vivir eso.

Hubo otra situación del estilo pero que trataba sobre la traición entre amigas, disfrutaba que las personas se traicionen por mi. Eran cuatro amigas de entre 30 y 36 años las cuatro, logre volverme el amante de una, en realidad ella me decía que aspiraba a más conmigo, lo cual me parecía absurdo ya que doblaba exactamente mi edad, pero para poder avanzar sobre ella no le dije francamente que no, que eso nunca iba a pasar, sino que le alimentaba esperanzas a futuro, pero que todavía no me sentía listo, que no sabía, etc.
Pero lo que si le fomentaba era la convivencia, sabía que eso la esperanzaba más que cualquier cosa que yo dijera, por lo que me quedaba a dormir muy seguido en su casa, inclusive llegó a darme una llave para que la esperara si ella no había llegado aún.
Era una morocha muy flaquita, pelo largo y negro y grandes ojos negros, se llamaba Mariela.
Conocí a sus tres amigas que eran del estilo, ninguna era muy agraciada físicamente, no es que fueran feas pero no estaba la hermosa presente en ese grupo, y el plan nació prácticamente solo. Tenía que tenerlas a las cuatro.
Lo primero que utilicé fueron cuanta técnica sexual se me ocurriera con Mariela, ya que sabía que ella iba a compartir esas cosas con sus amigas y mejor amante fuera más iba a entusiasmarlas. Y por eso es que le dedicaba todo el tiempo y el esfuerzo posible en llevarla al tope del placer siempre que tenía oportunidad. Obviamente necesitaba estar seguro de que eso se transmitía y por eso trataba de que nos reunamos los cinco para charlar en grupo y ver que detectaba.
Un día mientras una contaba una experiencia mala en la cama con un hombre, al terminar dijo:
-Vos no tenés ese problema… a vos de atienden bárbaro.
Estoy por buen camino pensé, solo faltaba generar la oportunidad y como había logrado un nivel de confianza importante con las demás, lo que hice fue inventarme una pelea, usando una frase de ella en que me pedía que reconozca mis sentimientos. Armé una problemática sobre la presión y sobre su insistencia de exigir más de los podía dar, etc. Portazo y me fui, había que esperar. Al día siguiente Mariela me llamó y yo me comporté esquivo en la conversación, le dije que no sabía que quería hacer y esperé.
Dos días pasaron y fue Fernanda, una de sus amigas la que llamó diciendo que Mariela estaba muy mal que quería saber que pasaba. Le dije que tenía que ir al centro por un trámite y que al terminar pasaba por su casa para hablar, ella vivía sola a pocas cuadras de Mariela. Esperé un par de horas y salí hacia su casa, al llegar ella me recibió en el living, me sirvió un café y empezamos a hablar. Mientras yo exageraba la situación en el relato de los hechos y hacía repetitivas las cosas que solo pasaron una vez, prestaba mucha atención a su postura, por otro lado hacía énfasis en mis deseos de compartir la vida con alguien sin ser específico en que Mariela fuera esa persona, es decir que no hablaba de mi amor por Mariela sino de mis deseos de amar y ser amado, era la manera de tratar de que ella se incorpore en esa posición.
Cuando fue su turno de hablar noté que mi plan había surtido efecto porque no defendió a su amiga sino que dijo:
-No se que le pasa a esta chica, como puede ser que no vea lo que tiene al lado.
Y luego de eso comenzó a hablar de ella, de sus malas experiencias y de lo que daría por tener a su lado a alguien sensible que la quiera. La hice hablar, le pregunté que porqué se sentía tan sola y le dije que yo tampoco entendía porque “nos” pasaban esas cosas. Ella siguió con su relato pero cada vez más sensible. La interrumpí y le dije:
-Voy a comprar algo para tomar.
-Hay vino acá en casa, ¿Querés?. Contestó y yo accedí.
Que tome un poco de alcohol era lo único que necesitaba para terminar con el plan.
Bebimos un par de copas mientras ella seguí contando sus malas experiencias cada vez más al borde del llanto y yo hurgaba para sacarle más. Hasta que las lágrimas le ganaron, y ese era el punto que esperaba, me paré y la abracé, le dije que todo iba a pasar, que “nosotros” no nos merecíamos sufrir así, me miró y la besé.
Sabía que tenía que lograr que tengamos sexo si o si porque de otra manera podría arrepentirse y escudarse en que nada grave había pasado, por lo que la besé más apasionadamente, la alcé y la senté en la mesa, ella respondía a mis besos pero sus manos no me tocaban, estaba en el límite pero no lo pasaba.
Tome sus manos y las llevé a mi pecho, comenzó a acariciarlo suavemente, yo acariciaba su espalda, despacio, pensé, no hagas nada que logre que te frene, tenés que subir su libido de a poco. Sus manos tocaban mi pecho cada vez más fuerte hasta que en un momento usos sus uñas, con suavidad pero ese era el signo que yo esperaba, bajé mis manos a la cintura y la traje hacia mi apretando nuestras pelvis.
Lo demás fue fácil…
Había escuchado numerosas charlas en donde ella contaba lo que no le gustaba y lo que si pero que no se lo hacían por lo que el itinerario sexual estaba perfectamente planificado de antemano, es muy fácil ser buen amante para una mujer que te dijo con lujo de detalles como debería ser. Fue suave y dulce, como ella lo deseaba, y realmente me sorprendió el hecho de que me agradara tanto físicamente, cuando le veía vestida no pensaba que me fuera a gustar pero desnuda me pareció muy hermosa y su piel era casi afrodisíaca.

sábado, 6 de septiembre de 2008

El nacimiento.(6)

Pensé que me quedaban un montón enormes de papeles escritos que relataban mi vida pasada, la necesidad de volver a la ignorancia, y el dolor de saber que es probable que no exista la mujer que no te mienta en el primer mes. Una mentira es una mentira y aunque crean que lo hacen muy bien hay alguien que sabe como detectarlas.
Es por eso que es ese momento de mi vida hice un clic, era hora de encarar las cosas de forma conciente, basta de actuar por instinto, debía hacer un plan de lo que realmente quería. Lo primero que tenía de decidir era si me aceptaba como era o quería modificar cosas. No era difícil la decisión, las cosas que había vivido eran fuertes, siempre las experiencias fuertes me hicieron sentir vivo.
En los primeros años el odio a “La Traidora” me había movilizado más que cualquier sueño o anhelo. Luego las experiencias con “Las Nenas” habían estado repletas de situaciones generadoras de adrenalina, la buscaba, no es que solo sucedían.
La vez que dormí escondido bajo la cama lo había generado yo. Sabíamos que el marido llegaba a las nueve, eran las ocho y yo la provoqué, la besaba, la abrazaba y le decía al oído cuanto la deseaba, que no podía esperar a mañana, ella accedió. Nos conocíamos bien, no era la primera vez que estábamos juntos y sabíamos también que podíamos satisfacernos sexualmente en 15 minutos si era necesario, pero yo manejé las cosas para que no fuera así, lo estiré, la mantuve al borde del orgasmo pero no la dejaba terminar, conciente del reloj y de que ella en ese estado no lo notaba, la mantuve así hasta que supe que no íbamos a tener tiempo de salir, solo ahí la dejé terminar, casi al mismo tiempo que escuchamos el portón del garage abrirse. Mientras ella se desesperaba y se le llenaban los ojos de lágrimas yo tenía todo planeado, había calculado todo hasta el último detalle mientras tenía sexo con ella, sabía que podía fallar pero conocía a su marido y aunque nos descubra las consecuencias no caerían sobre mi sino sobre ella, no era un hombre que pudiera reaccionar con violencia, era un intelectual.
Mientras ella se quedaba parada agarrándose la cabeza yo metí toda mi ropa bajo la cama, la llevé al baño, prendí la ducha y la abrí el agua, eso ocultaría todos los rastros de haber tenido sexo recientemente, los olores y el pelo alborotado, además de ocultar los ojos rojos del llanto reciente, la besé en la frente y le dije.
-Hasta mañana mi amor.
Corrí y me metí bajo la cama, me puse la ropa allí mismo mientras escuchaba a ese hombre hablarle a su esposa a través de la puerta, puse mi campera de almohada y me dediqué el resto de la noche a escuchar las conversaciones banales de una pareja durante la cena, y sobre todo a entender el descaro de ella contándole lo aburrida que había estado ese día, de cómo lo había extrañado y de que el tiempo no le pasaba más mientras que yo sabía que ese día había sido un festival de sexo.
Se acostaron y media hora después el estaba dormido, se pudo notar por el cambio en el ritmo de su respiración, ella no, ella seguía agitada, bajó su mano y me tocó.
Dormimos en esa posición, el marido en un costado de la cama y su mujer en el otro tomando la mano de su amante 19 años menor que ella que estaba bajo la cama.
Hace dos años volví a cruzarla, de la mano de su esposo, no me reconoció.

jueves, 4 de septiembre de 2008

El nacimiento.(5)

Durante esos años supe lo que es el sexo grupal en muchas combinaciones posibles y siempre opiné que está sobrevalorado, no digo que sea malo pero tiende más a sumar los defectos de los participantes que sus virtudes.
Así fue que llegue a los 32 años con el cartel de “Pirata viejo” tatuado en el pecho
Con la necesidad de renovar el entusiasmo, porque nada realmente bueno había pasado por mi vida. La frase “La ignorancia es una bendición” queda totalmente justificada en este entorno de pensamiento.
Es por eso que el experimento de salir con esta chica mucho menor y con unas características que la volvían totalmente descartable no me pareció tan loca en ese momento. Recordé la frase de Einstein de decía “ Idiotez es hacer siempre lo mismo y esperar resultados diferentes”. Entonces ¿porque no probar algo diferente? ¿Qué puede pasar tan grave que no haya pasado antes?.
Bueno, la locura de esta chica hizo que no cuadrara en ninguna estadística anterior lo cual me volvía curioso al respecto, su entusiasmo por el sexo y por experimentar en él, eran normales para su edad pero extrañamente contagiosos creo que sentí el mismo tipo de morbo que sentían “mis nenas” 15 años atrás.
Eso generó en mi una renovación, un entusiasmo, que realmente extrañaba. La situación agradable y cómoda sumada a la edad y el cansancio a seguir probando fue el catalizador para que empezara a ceder, a permitir cosas cuando antes hubiera cortado la pareja en ese momento. Luego fue la obsesión por la violencia y la adicción a la adrenalina. ¿Y ahora que me queda?, pensé en ese momento.

miércoles, 3 de septiembre de 2008

El nacimiento.(4)

Hubo muchas situaciones en esos dos años que me marcaron, viví lo que es la traición de la mujer a su pareja en forma desfachatada, supe lo que es esconderse bajo la cama, de hecho pasé toda una noche ahí, supe lo que es la traición entre amigas por lo que yo definía como un pedazo de carne (yo), supe lo que son los celos y la competencia entre mujeres, y supe que no solo un pelo de vulva tira más que una yunta de bueyes. Aprendí también que el conocimiento es poder.
También aprendí que no era un lugar ideal después de una experiencia muy dura con el hijo de una de “mis nenas”.
Yo estaba en la casa de ella como dos o tres veces por semana y el hijo de tres años dormía en la pieza, nunca sucedía nada delante del chico pero al parecer dirigió su necesidad de imagen paterna hacia la única persona disponible. Ella estaba en la cocina, y el nene se levantó, vino al living y cuando me vio sonrió y dijo papá,
instantáneamente gané la calle y nunca volví a entrar a la casa, tampoco le conté a la madre porque fue.
Situaciones como esa y otras del estilo de exigirme cosas como si fuéramos pareja generaron que de a poco me fuera alejando de ese entorno, además de mi deseo creciente por cuerpos más jóvenes. Reconozco que pasó un buen tiempo hasta que pude adaptar mis códigos al nuevo entorno y que no me hallaba es esa situación pero de a poco todo se aprende.
Desde ese momento hasta los 30 años todo fue mecánico y repetitivo, iba en busca de parejas, si la persona elegida me mostraba no ser apta para la tarea automáticamente pasaba a ser una cosa de una noche, o en su defecto de algunas noches, sino daba una oportunidad, no en mi corazón pero si en mi comportamiento, es decir, me ponía de novio, algunas duraron días otras meses, pero todas tarde o temprano demostraron no ser lo que estaba buscando y cada vez se volvía más raro que diera oportunidades.
Las mujeres eran en ese punto estadísticas y así seguían evolucionando mis teorías.
7 de cada 10 mujeres cambian su actitud sumisa luego del primer mes.
5 de cada 10 mujeres no saben como obtener placer sexual.
9 de cada 10 mujeres te negará en la cama que alguna vez se masturbó.
Hay un 70% mas de posibilidades de tener sexo la primera noche si la mujer esta alcoholizada.
Etc.
La lista es interminable, y cuando una mujer cometía un error ya había algún caso que demostrara empíricamente que no valía la pena darle oportunidad y la descartaba automática y fríamente.
No quiero decir con esta parte del relato que nunca me rechazó o me dejó una mujer, pero nunca me llegaron ninguna de las dos situaciones porque siempre había otra dispuesta a equilibrar la balanza, era el beneficio de no elegir a “una” mujer sino estar abierto a todo un abanico de posibilidades.

El nacimiento.(3)

La charla ya no era necesaria, el saber como había disfrutado otra persona de cosas que aún no conocía y como no las había valorado me molestaba más de lo que me interesaba y quería irme, por educación no podía decirle después de hablar una hora y en ese momento del relato, chau me voy, Por lo que volví a manejar un poco la charla para darle un cierre. Frases como “tenés que dejar el pasado atrás” o “ya vas a encontrar alguien que valga la pena” trataban infructuosamente de cerrar el tema y cuando dije “buscate alguien que te valore” ella me miró a los ojos, tomó mi cara con sus manos muy suavemente y me besó con una dulzura que no creí que pudiera existir, respondí a sus besos ya no bajo una planificación sino desde los sentimientos, desde mi necesidad de sentirme querido. Hasta el día de hoy creo que ese fue el mejor beso que recibí en mi vida. Ya no me importó que “la traidora” nos viera, pero supe luego que volvió y nos vió, era lo mismo para mi, el plan se había borrado, no necesitaba vengarme o mejor dicho ni siquiera me interesaba.
Salí 6 meses con Mariela (así se llamaba), tuve mis primeras relaciones sexuales y fue un buen momento, nos peleamos por motivos normales de la edad, pero sin faltas de respeto nunca el uno hacia el otro, aún guardo un muy buen recuerdo de ella y logró algo muy importante, quitarme de encima la asociación “mujer-traición” de la cabeza.
Como regla fija, me enseñó que todas las reglas tienen excepciones.
Pero lo más importante que aprendí con ella es que la seducción es básicamente manipulación. Y esa fue una regla de oro por el resto de mi vida.
De ahí en adelante necesité conquistar todas las mujeres que pudiera, creo hoy que era una manera de sobrellevar la derrota frente al “James Dean”, o quizás simplemente fuera mi deseo pero aún guardaba un cierto recelo a utilizar a las mujeres, o mejor dicho a las chicas, las cuales sabía que sufrirían con esa situación. Eso me llevó a acercarme a mujeres mayores, y como el diablo sabe por diablo pero más sabe por viejo mis intentos de manipulación no surtían demasiado efecto en esos lugares, pero mi edad (17) y mi físico si. Durante algo más de dos años solo anduve con mujeres de más de 30. En las salidas nocturnas alternaba gente de mi edad pero básicamente me molestaba el esfuerzo necesario para concretar algo, demasiada inversión en tiempo y esfuerzo para poca recompensa, era más cómodo con las mujeres mayores. Fue mucho lo que aprendí tanto del sexo en si como de la seducción ya que les encantaba jugar con la imagen del alumno. Tuve una buena época pero que dejó huellas profundas, algunas de esas mujeres eran casadas y algunas tenían novio lo cual me volvió a afirmar que la mujer no era un ser en el cual se podía confiar. Por esa época mis obligaciones solo eran la de estudiar mi carrera lo cual no me requería demasiado tiempo y el entusiasmo que me generaba lo volvía aún más fácil, el resto del tiempo lo invertía en visitar a las que graciosamente llamaba “Las nenas”.

lunes, 1 de septiembre de 2008

El nacimiento.(2)

No es menos importante que lo que me hizo el hecho de tratar de volver conmigo y de por todos los medios intentar convencerme de que estaba equivocado. Luego de incontables llamados de ella llorando y más que nada presionado por mis padres que eran semi concientes de la situación (no sabían los motivos de la ruptura ya que me avergonzaba) accedí a encontrarnos para hablar. Dios, jamás me sentí tan insultado en mi vida. Intentó continuar con la excusa de que alguien me había mentido hasta que dije.
-Basta nena, el que te vio soy yo, en persona y en el acto, no trates de negarlo.
Se puso muy seria, balbuceo un par de veces y aceptó cambiar la historia.
-Fue una pavada sin importancia dijo….. ni siquiera me gusta.
En ese momento y cansado de escuchar mentiras sin sentido todo mi dolor se volvió frialdad y decidí que esto no continuaría porque no podía tener a mi lado alguien en quien no confiara, le dije muy claramente y de corrido que eso era aún peor ya que me había traicionado en mi cara y ni siquiera por amor, que era una puta y que nunca volviera a llamarme porque le iba a contar a sus padres porque la había dejado (en su familia la infidelidad podría llegar a ser una falta grave y yo lo sabía). Lloró lo cual reconozco que no me generó ni alivio ni tristeza y volví a mi casa, apenas entré les conté todo a mis padres para quitarme presiones de encima y me sentí mejor, al menos por un rato. Los primeros amores no se olvidan fácilmente y yo no fui la excepción. El tema duró meses con altibajos pero un día en el boliche, apareció ella, como ya era costumbre, pensé en irme pero esa vez me quedé, me vio y automáticamente trató de brillar, buscaba ubicaciones sin obstáculos entre ella y yo y gesticulaba demasiado para llamar la atención. Me pareció patético y salí al patio del lugar. Allí comencé a hablar con una amiga de amigos y me sentí protegido, sentí que no importaba lo que ella hiciera mientras yo estuviera con otra no sería menos, pero a su vez estaba preocupado porque la chica no se fuera, no podía quedarme sin escudo, era necesario divertirla en la charla para que no quisiera irse y dejarme solo, no importaba lo que lograra con eso, solo necesitaba que se quede. Hasta el momento no me consideraba para nada un gran seductor, de hecho después de la traición me consideraba un inútil para el tema, por lo que me orienté en ser un consejero, eso siempre atraía la charlas de las chicas, claro que nunca se iban con el consejero sino que con el del conflicto pero al menos podría mantenerla cerca el tiempo suficiente. Orienté la charla, reconozco que la manipule, busqué el conflicto y lo exprimí, logré lo que quería, ella estaba increíblemente absorta en la charla, muy entusiasmada contándome intimidades que nunca le había contado a nadie como su primera relación sexual y como la había dejado esa persona, estaba muy sensible y vulnerable cuando veo que “la traidora” se retiraba con sus amigas, me miró con enojo y salió por la puerta, me extrañó porque era muy temprano.
Me dí cuenta que la inteligencia podía llegar a ser útil si se la usaba con frialdad, supe que esta situación me posicionaba mejor con “la traidora” porque ahora sabía que yo también podría reemplazarla. Mientras la chica seguía hablando, en mi cabeza el esbozo de un plan de venganza se estaba gestando, un poco basado en la historia que escuchaba. Volver con ella, mantener la relación hasta obtener su virginidad y luego dejarla, no era mala idea.