Cuando me despierto a las 9 hs, ella ya no estaba en la cama, salgo de la pieza y la veo, con una remera larga ordenando la casa, mas bien solamente cambiaba cosas de lugar con una expresión hosca en el rostro…. Conocía esa cara. Y una sensación de odio me envolvió de nuevo, sabía exactamente lo que se venía y la odie por no ser lo que a la noche me mostró que podía ser…. Creo que lo que más me enojó fue el dolor de saber que esa persona a la que podía llegar a amar no existía más que de a ratos.
-¿Que te pasa?
-Nada… que me va a pasar… otro sábado a la noche sin que salgamos a ningún lado.
-¿Te parece que no la pasamos bien anoche?. Le pregunté
-¿No te das cuenta que me siento una vieja de mierda encerrada siempre acá?
-Si no te gusta estar con un viejo andáte y listo.(manipulación en progreso)
-Ya te dije que no me voy.
-Entonces callate y dejame de romper las pelotas.
-No me callo un carajo.
Apreté los dientes muy fuerte y mirandola a los ojos le dije.
-Metete en la pieza hija de mil putas que esta vez te curo para siempre.
Negó con la cabeza mientras caminaba para atrás hasta el rincón del comedor y se sentaba en el piso, caminé hacia ella despacio mirando sus ojos que se estaban llenando de lágrimas, pero era inútil, la piedad ya no existía en mi, la erección ya había comenzado y esto ya no tenía ni límite ni vuelta atrás.
Como cada vez anterior iba probando nuevas técnicas de tortura, la primera fue dolor físico, la segunda denigrarla, la tercera desvalorizarla, esta vez fue mostrarle cuanto disfrutaba de su dolor y el sarcasmo.
La tomé por los pelos de la nuca y la levanté, con sus manos sujetaba la mía tratando de evitar el tirón mientras me decía.
-Está bien…. Esta bien…. Pará. Ya había aceptado lo que iba a pasar pero trataba de minimizar la violencia.
Puse mi otra mano en su cuello apretando no muy fuerte y le dije al oido.
-Ahora te vas a quedar bien calladita y vas a hacer lo que te digo sin chistar…. Si te revelas te destrozo a puñetes. Asintió con la cabeza tras un sollozo.
Dirigiendola de los pelos a la mesa y recostándola sobre ella y me dijo entre llantos.
-No… por favor en la mesa no….
Era normal, la posición de la mesa volvía la penetración mucho más profunda que acostada en la cama y al no poder evitar la violación al menos trataba de minimizarla.
La levanté de un tirón y volví a tomarla del cuello pero esta vez con fuerza y le pregunté otra vez al oido.
-¿Qué mierda te dije?
No dijo nada, solo cerro los ojos mientras hacía pucheros.
Volví a bajarla sobre la mesa, la solté y de indiqué que no se moviera, fui al armario y tomé la soga, le até las manos…. Ella dio vuelta la cabeza mirando para el otro lado pero no se resistió a que la ate.
La coloqué en diagonal a la mesa, es decir que la punta de la mesa quedara en su pelvis mientras até la otra punta de soga a la pata opuesta. No tuve necesidad de sacarle nada ya que no llevaba ropa interior, solo me limité a levantarle la remera dejando a la vista sus pechos.
Con otros dos pedazos de soga até sus tobillos a las patas restantes de la mesa haciendo que todo el peso de su cuerpo reposara sobre la mesa y su cola quedara asomando extremadamente hacia fuera.
Comenzó a llorar mas fuerte por lo que tomé un repasador y se lo metí en la boca, con otro se lo até. Me saqué la ropa sin prisa disfrutando de lo que veía, finalmente la penetré analmente y empecé a moverme, tranquilo, sin apuro, disfrutando de las sensaciones y de sus intentos frustrados por tratar de gritar, le dije.
-Tomatelo con calma que esto va para largo. Y continué el movimiento.
De a ratos le apretaba la cola o los pechos, pero mayormente la tomaba de la cintura para ayudarme a moverme. Esta vez no fue tan violento ni tan largo como antes, no había motivos para tratar de estirarlo porque no pensaba soltarla cuando terminara.
Fue algo de 15 o 20 minutos hasta la eyaculación, cuando eso pasó, se la saqué y me fui a la cocina, abrí una lata de cerveza y me senté en el sofá mirandola desde atrás mientras bebía la cerveza, trataba de girar la cabeza para ver que estaba haciendo yo pero no lograba llegar, se me escapó una sonrisa le dije.
-Estoy descansando, no te preocupes que en un rato sigo.
Trató en vano de decir algo.
Puse música y prendí un cigarrillo, me dediqué a disfrutar de lo que veía, la imagen era dantesca la posición favorecía terriblemente las virtudes de su cuerpo, no podía retirar la vista del ano semi dilatado y enrojecido. Terminé la cerveza y el cigarrillo, comenzaba a tener una erección nuevamente, no pude evitar sorprenderme, hacía años que no tenía un ritmo sexual tan alto. Comencé de nuevo sin prestar atención a sus intentos de gritar, me desentendí totalmente de ella como persona, hice lo mío como su fuera un objeto, ni trataba de lastimarla ni me preocupaba si eso pasaba, solo me importaban mis sensaciones, fue muy largo, algo más de media hora después estaba totalmente transpirado y con la boca seca, me fui a la cocina a buscar otra cerveza, volví y la penetré otra vez por la cola mientras tomaba la cerveza, solo paraba de moverme de a ratos para tomar un trago, en total duró cerca de una hora hasta que terminé, lo extraño es que no recuerdo casi ruidos de parte de ella en todo el tiempo, realmente no se si los hizo y la música los tapó, si no los hizo o si simplemente no los recuerdo.
Solo le desaté las manos, la dejé para que se encargara ella de lo demás, busqué otra cerveza y me fui al baño, llené la bañera y me quedé allí hasta que me dormí.
-¿Que te pasa?
-Nada… que me va a pasar… otro sábado a la noche sin que salgamos a ningún lado.
-¿Te parece que no la pasamos bien anoche?. Le pregunté
-¿No te das cuenta que me siento una vieja de mierda encerrada siempre acá?
-Si no te gusta estar con un viejo andáte y listo.(manipulación en progreso)
-Ya te dije que no me voy.
-Entonces callate y dejame de romper las pelotas.
-No me callo un carajo.
Apreté los dientes muy fuerte y mirandola a los ojos le dije.
-Metete en la pieza hija de mil putas que esta vez te curo para siempre.
Negó con la cabeza mientras caminaba para atrás hasta el rincón del comedor y se sentaba en el piso, caminé hacia ella despacio mirando sus ojos que se estaban llenando de lágrimas, pero era inútil, la piedad ya no existía en mi, la erección ya había comenzado y esto ya no tenía ni límite ni vuelta atrás.
Como cada vez anterior iba probando nuevas técnicas de tortura, la primera fue dolor físico, la segunda denigrarla, la tercera desvalorizarla, esta vez fue mostrarle cuanto disfrutaba de su dolor y el sarcasmo.
La tomé por los pelos de la nuca y la levanté, con sus manos sujetaba la mía tratando de evitar el tirón mientras me decía.
-Está bien…. Esta bien…. Pará. Ya había aceptado lo que iba a pasar pero trataba de minimizar la violencia.
Puse mi otra mano en su cuello apretando no muy fuerte y le dije al oido.
-Ahora te vas a quedar bien calladita y vas a hacer lo que te digo sin chistar…. Si te revelas te destrozo a puñetes. Asintió con la cabeza tras un sollozo.
Dirigiendola de los pelos a la mesa y recostándola sobre ella y me dijo entre llantos.
-No… por favor en la mesa no….
Era normal, la posición de la mesa volvía la penetración mucho más profunda que acostada en la cama y al no poder evitar la violación al menos trataba de minimizarla.
La levanté de un tirón y volví a tomarla del cuello pero esta vez con fuerza y le pregunté otra vez al oido.
-¿Qué mierda te dije?
No dijo nada, solo cerro los ojos mientras hacía pucheros.
Volví a bajarla sobre la mesa, la solté y de indiqué que no se moviera, fui al armario y tomé la soga, le até las manos…. Ella dio vuelta la cabeza mirando para el otro lado pero no se resistió a que la ate.
La coloqué en diagonal a la mesa, es decir que la punta de la mesa quedara en su pelvis mientras até la otra punta de soga a la pata opuesta. No tuve necesidad de sacarle nada ya que no llevaba ropa interior, solo me limité a levantarle la remera dejando a la vista sus pechos.
Con otros dos pedazos de soga até sus tobillos a las patas restantes de la mesa haciendo que todo el peso de su cuerpo reposara sobre la mesa y su cola quedara asomando extremadamente hacia fuera.
Comenzó a llorar mas fuerte por lo que tomé un repasador y se lo metí en la boca, con otro se lo até. Me saqué la ropa sin prisa disfrutando de lo que veía, finalmente la penetré analmente y empecé a moverme, tranquilo, sin apuro, disfrutando de las sensaciones y de sus intentos frustrados por tratar de gritar, le dije.
-Tomatelo con calma que esto va para largo. Y continué el movimiento.
De a ratos le apretaba la cola o los pechos, pero mayormente la tomaba de la cintura para ayudarme a moverme. Esta vez no fue tan violento ni tan largo como antes, no había motivos para tratar de estirarlo porque no pensaba soltarla cuando terminara.
Fue algo de 15 o 20 minutos hasta la eyaculación, cuando eso pasó, se la saqué y me fui a la cocina, abrí una lata de cerveza y me senté en el sofá mirandola desde atrás mientras bebía la cerveza, trataba de girar la cabeza para ver que estaba haciendo yo pero no lograba llegar, se me escapó una sonrisa le dije.
-Estoy descansando, no te preocupes que en un rato sigo.
Trató en vano de decir algo.
Puse música y prendí un cigarrillo, me dediqué a disfrutar de lo que veía, la imagen era dantesca la posición favorecía terriblemente las virtudes de su cuerpo, no podía retirar la vista del ano semi dilatado y enrojecido. Terminé la cerveza y el cigarrillo, comenzaba a tener una erección nuevamente, no pude evitar sorprenderme, hacía años que no tenía un ritmo sexual tan alto. Comencé de nuevo sin prestar atención a sus intentos de gritar, me desentendí totalmente de ella como persona, hice lo mío como su fuera un objeto, ni trataba de lastimarla ni me preocupaba si eso pasaba, solo me importaban mis sensaciones, fue muy largo, algo más de media hora después estaba totalmente transpirado y con la boca seca, me fui a la cocina a buscar otra cerveza, volví y la penetré otra vez por la cola mientras tomaba la cerveza, solo paraba de moverme de a ratos para tomar un trago, en total duró cerca de una hora hasta que terminé, lo extraño es que no recuerdo casi ruidos de parte de ella en todo el tiempo, realmente no se si los hizo y la música los tapó, si no los hizo o si simplemente no los recuerdo.
Solo le desaté las manos, la dejé para que se encargara ella de lo demás, busqué otra cerveza y me fui al baño, llené la bañera y me quedé allí hasta que me dormí.
15 comentarios:
no me importa si es ficción o realidad, si esto pasó o no, si tu objetivo es descargarte, exocizar o hacer un experimento; personalmente la vida privada de los escritores no me interesa demasiado.
como lectora digo: está muy bien escrito, es atrapante, genera expectativa, el lector quiere saber cómo sigue y termina la historia de estos dos personajes tan intensos e interesantes. es un relato en el que sobresale más todo lo que no se dice que lo que se dice explícitamente, y eso no es fácil de lograr. seguiré leyendo, obviamente.
Adriana, ese comentario viniendo de alguien que escribe como vos lo hacés, me llena de orgullo.
Estoy aprendiendo a disfrutar de lo perverso...
Para bien o mal...
Te dejo besos...
Gracias gabriela, hasta yo creo que la situación es demasiado perversa como para disfrutarla, pero tiene, como todo, una vuelta de tuerca.
@Gabriela:
para bien o mal?
lo disfrutas? bien!
Alquien sale lastimado? mal!
Nadie sale lastimado? bien!
Es difícil liberarse de las ataduras mentales que nos imponen.
Pero creo que concentrandose en responder a esas tres preguntas de mas arriba, debería lograrse un poco de paz mental.
Almenos en mi caso es así.
Nippur, cuando los deseos vienen atados a situaciones de violencia es dificil obtener paz mental y satisfacción sexual al mismo tiempo, es una paradoja pretender las dos cosas.
y te hubieras ahogado.
creo que tenes una mente psicopatica, en donde el otro deja de ser sujeto y pasa ser un objeto, donde la culpa por el daño que causas no existe,donde mostras una falsa imagen todo el tiempo, haciendo creer que las cosas te interesan cuando no, revelando una imagen que no sos a todo tu entorno. No podes ni podras amar jamas, lo unico que te tienta es el poder, y la maipulacion del otro, con un objetivo claro...destruir al otro, usando el egocentismo, la crueldad, y la impulsividad.sos frio y calculador, y jamas lo admitirias. Podemos pensar que tu relato es ficcion, si asi fuera...me cuesta creer lo bien que manejas y conoces la mente de un psicopata...
anónimo, ¿y eso te parece la gran revelación? necesitaste llegar hasta acá para descubrir eso, en la parte 3 eso que decís ya quedó totalmente claro. Psicópata si, patológico es lo que falta determinar.
estan enfermos
Los únicos que escriben algo de sentido acá son los anónimos aunque se diga que son patéticos y que la gente que escribe esto es feliz, pero que falsa idea de felicidad, no entienden el sentido de la dignidad de una persona y que dentro de la sociedad haya personas con este tipo de filosofía y comportamientos... o sea que la regla de oro de no hacer a alguien lo que uno no quiere que le hagan está totalmente tergiversada, ni hablar de reglas o ética, compasión, equilibrio mental por acá.
Anónimo, si tienen tanto sentido no deberían dudar en firmarlo, la idea de felicidad tuya me dá lástima, si ser feliz es hacer lo que la sociedad impone prefiero la infelicidad.
si dá lástima que haya gente que aún cree en la convivencia, cada uno que pisotee al otro para vivir como él quiere y todos felices, que infierno
Es la realidad de la vida aunque te cueste aceptarlo, no digo que sea a puntos extremos como el mío, pero funciona así.
Éste relato me parece supremo, más allá si estoy de acuerdo con la historia o no... No tiene nada que envidiarle a las grandes novelas.
Intimo, tiene un diez!
Capitana, gracias.
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