La charla ya no era necesaria, el saber como había disfrutado otra persona de cosas que aún no conocía y como no las había valorado me molestaba más de lo que me interesaba y quería irme, por educación no podía decirle después de hablar una hora y en ese momento del relato, chau me voy, Por lo que volví a manejar un poco la charla para darle un cierre. Frases como “tenés que dejar el pasado atrás” o “ya vas a encontrar alguien que valga la pena” trataban infructuosamente de cerrar el tema y cuando dije “buscate alguien que te valore” ella me miró a los ojos, tomó mi cara con sus manos muy suavemente y me besó con una dulzura que no creí que pudiera existir, respondí a sus besos ya no bajo una planificación sino desde los sentimientos, desde mi necesidad de sentirme querido. Hasta el día de hoy creo que ese fue el mejor beso que recibí en mi vida. Ya no me importó que “la traidora” nos viera, pero supe luego que volvió y nos vió, era lo mismo para mi, el plan se había borrado, no necesitaba vengarme o mejor dicho ni siquiera me interesaba.
Salí 6 meses con Mariela (así se llamaba), tuve mis primeras relaciones sexuales y fue un buen momento, nos peleamos por motivos normales de la edad, pero sin faltas de respeto nunca el uno hacia el otro, aún guardo un muy buen recuerdo de ella y logró algo muy importante, quitarme de encima la asociación “mujer-traición” de la cabeza.
Como regla fija, me enseñó que todas las reglas tienen excepciones.
Pero lo más importante que aprendí con ella es que la seducción es básicamente manipulación. Y esa fue una regla de oro por el resto de mi vida.
De ahí en adelante necesité conquistar todas las mujeres que pudiera, creo hoy que era una manera de sobrellevar la derrota frente al “James Dean”, o quizás simplemente fuera mi deseo pero aún guardaba un cierto recelo a utilizar a las mujeres, o mejor dicho a las chicas, las cuales sabía que sufrirían con esa situación. Eso me llevó a acercarme a mujeres mayores, y como el diablo sabe por diablo pero más sabe por viejo mis intentos de manipulación no surtían demasiado efecto en esos lugares, pero mi edad (17) y mi físico si. Durante algo más de dos años solo anduve con mujeres de más de 30. En las salidas nocturnas alternaba gente de mi edad pero básicamente me molestaba el esfuerzo necesario para concretar algo, demasiada inversión en tiempo y esfuerzo para poca recompensa, era más cómodo con las mujeres mayores. Fue mucho lo que aprendí tanto del sexo en si como de la seducción ya que les encantaba jugar con la imagen del alumno. Tuve una buena época pero que dejó huellas profundas, algunas de esas mujeres eran casadas y algunas tenían novio lo cual me volvió a afirmar que la mujer no era un ser en el cual se podía confiar. Por esa época mis obligaciones solo eran la de estudiar mi carrera lo cual no me requería demasiado tiempo y el entusiasmo que me generaba lo volvía aún más fácil, el resto del tiempo lo invertía en visitar a las que graciosamente llamaba “Las nenas”.
Salí 6 meses con Mariela (así se llamaba), tuve mis primeras relaciones sexuales y fue un buen momento, nos peleamos por motivos normales de la edad, pero sin faltas de respeto nunca el uno hacia el otro, aún guardo un muy buen recuerdo de ella y logró algo muy importante, quitarme de encima la asociación “mujer-traición” de la cabeza.
Como regla fija, me enseñó que todas las reglas tienen excepciones.
Pero lo más importante que aprendí con ella es que la seducción es básicamente manipulación. Y esa fue una regla de oro por el resto de mi vida.
De ahí en adelante necesité conquistar todas las mujeres que pudiera, creo hoy que era una manera de sobrellevar la derrota frente al “James Dean”, o quizás simplemente fuera mi deseo pero aún guardaba un cierto recelo a utilizar a las mujeres, o mejor dicho a las chicas, las cuales sabía que sufrirían con esa situación. Eso me llevó a acercarme a mujeres mayores, y como el diablo sabe por diablo pero más sabe por viejo mis intentos de manipulación no surtían demasiado efecto en esos lugares, pero mi edad (17) y mi físico si. Durante algo más de dos años solo anduve con mujeres de más de 30. En las salidas nocturnas alternaba gente de mi edad pero básicamente me molestaba el esfuerzo necesario para concretar algo, demasiada inversión en tiempo y esfuerzo para poca recompensa, era más cómodo con las mujeres mayores. Fue mucho lo que aprendí tanto del sexo en si como de la seducción ya que les encantaba jugar con la imagen del alumno. Tuve una buena época pero que dejó huellas profundas, algunas de esas mujeres eran casadas y algunas tenían novio lo cual me volvió a afirmar que la mujer no era un ser en el cual se podía confiar. Por esa época mis obligaciones solo eran la de estudiar mi carrera lo cual no me requería demasiado tiempo y el entusiasmo que me generaba lo volvía aún más fácil, el resto del tiempo lo invertía en visitar a las que graciosamente llamaba “Las nenas”.
13 comentarios:
Necesito saber más
dame tiempo.
q' gracioso se hablan entre los dos...cinismo total !
¿viste?.
dicen que las muejres somos lo que los hombres han hecho de nosotras!
¿estás segura de eso?, no me parece.
Puede que no lo hagan directamente.. pero finalmente la siguiente pareja termina pagando los errores de la anterior!!
no me hago cargo de anteriores.
pero finalmente influye en lo k vendra! y lastimosamente uno entra ahi!
No necesariamente se entra, a veces se usa para propio beneficio, depende de que hagas con eso.
Que interesante.. y como se se podria hacer?
depende de los casos.
Publicar un comentario